CAMINO A LA OBEDIENCIA

El Consolador, el Espíritu Santo de Dios me llevó a las profundidades de su Palabra.

Hebreos 12.1: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante."

El soplar del viento de Dios revelará la corrupción pues ésta es siempre su obra: sacar aquello que está en nuestro interior que ofende a su santidad. A mi me habló de esto y le dije: Sí, hazlo!!!

Cuando hablamos de pesos estamos hablando acerca del equipaje en exceso que nos detiene y nos tira hacia abajo haciendo con nosotros personas no aptas para ejecutar el trabajo del ministerio al cual fuimos llamados. Los pesos no son siempre cosas malas o pecado, pero estos te pueden entretener y así quitarte esa parte espiritual que es la clave para ser dirigido y pueden ahogar la oración que debe ser dirigida por el mismo Espíritu que intercede como conviene.

Romanos 8.26: Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Cuando el viento de Dios viene en tu ayuda, levantando bandera a tu favor debes de salir de aquello y empezar a obrar en lo que El te va a direccionar porque si no será pérdida de tiempo para ti. 

Te daré un ejemplo de esto que estoy hablando: 
Un día hace mucho tiempo atrás soñé que trabajaba con niños y el colegio era totalmente de vidrio, todo lo que pasaba dentro se veía fuera y los niños jugaban y se hacían la burla de mí, me metían en un laberinto y no encontraba la salida y perdía el tiempo. Cuando desperté del sueño supe que Dios me decía que se me invitaría a trabajar con niños, pero que El no estaba mandándome a ello. 
No pasó mucho tiempo viene la hermana Anita, líder de niños a quien le tengo un gran cariño y me dice que quería que yo le ayude con los niños de la iglesia, en ese momento no le dije que Dios ya había hablado conmigo. Esperé y nos fuimos a tres días de ayuno y ahí me acerqué y le dije hermana Anita: Soy dirigida por Dios en mi caminar, si el me da el visto bueno yo lo hago y sino es evidente que no. Ella me miró y sonrío y me dijo: muy bien Negrita. 

Como verás en este caso no hay pecado, pero puede ser que haya un acto de descuido que te lleve a entrar en algo que no viene de parte de Dios y esto viene a ser un peso porque Dios respalda sólo lo que El manda. Obediencia camino a la bendición.


Isaías 35.8: "Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará."
Si es pecado lo que El muestra que hay en tu equipaje tíralo en el nombre de Jesucristo, el cual ya pagó por ellos  y si es aquello que tú mismo te has colocado que pesa demasiado sácalo también. Déjate direccionar por Dios puesto que ninguna condenación debe haber en nosotros. El te dice que por torpe que fueras no tropezarás!!!.

Dios bendiga a su pueblo!

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