LOS RIOS Y EL TRONO

SERIE 16: EL ESPIRITU SANTO
LOS RIOS Y EL TRONO
LECCION # 16


Este capítulo es muy difícil de enseñar, pero creo que es de suma importancia que tú entiendas la operación completa del Espíritu Santo, y nuestra obra en El, y Su obra a través de nosotros. Es muy importante, y oro para que Dios unja tu mente y tu espíritu para esta Palabra.
En Ezequiel 1:1, leemos: “Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios”.
En Ezequiel 1:5-8, “y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y ésta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro, y centelleaban a manera de bronce muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombres; y sus caras y sus alas por cuatro lados”.
En Ezequiel 1:15-20, “Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados. El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda. Cuando andaban, se movían hacia los cuatro costados; no se volvían cuando andaban. Y sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro. Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban. Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas”. Versículo 26, “Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él”.
En Ezequiel 47:1, “Me hizo volver luego a la entrada de la casa”. Recuerda que cuando hablamos de la casa, estamos hablando acerca de la Iglesia, y cuando tú hablas de la Iglesia, estás hablando de Cristo.
“Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí que aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar”.
Hemos visto a este río de agua viva como el propósito de Dios para cada creyente individualmente y para cada iglesia local, colectivamente. Pero ahora venimos a considerar la conexión de este “río de agua viva” con el trono, y este medio simbólico, el querubín, las ruedas de la administración del trono con el hombre sobre él. Esto es lo que venimos a considerar. Oro para que Dio mantenga tu mente clara y con el enfoque correcto, porque creo que esto puede significar mucho en tu progreso en Dios. Hemos visto la contra parte de esto en el Nuevo Testamento: Jesús resucitó, y se sentó sobre todo principado y autoridad, sobre todo poder y señorío y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero (Efesios 1:20-21).
Luego que el Señor fue exaltado, en el día de su exaltación y glorificación, esto es, el día de Pentecostés, el río está fluyendo de ahí, y a través de la casa, la Iglesia, a la nación. Aquí tenemos el ejemplo: el río es derramado del trono a la Iglesia, y a través de la Iglesia, al mundo. Esta siempre es la manera de obrar de Dio. Miremos al río en su relación con lo simbólico, y lo que yo llamo en estos capítulos, el medio del trono, la administración, los seres vivientes, las ruedas, el firmamento, el Espíritu de vida, relámpagos y poder; tenemos que ser capaces de entender claramente lo que esto tiene para decirnos en nuestro tiempo.
En primer lugar, el estado de la Iglesia afecta a la totalidad de la creación. Lo que está pasando afuera, la perversión de afuera, las condiciones terribles de afuera, sólo reflejan la condición espiritual, de la Iglesia. Esa es la verdad que no nos gusta decir, pero es verdad. La revelación de Juan fue escrita en relación al desvío y el abandono espiritual de la Iglesia de su posición original, y constituye un tremendo argumento de que todo depende de su estado espiritual, porque todo está atado a ella, aún las naciones, el reino de Satanás, todo. Esto nos trae gran luz sobre este libro de Ezequiel, porque fue escrito exactamente con el mismo propósito; históricamente, el libro de Ezequiel está relacionado con el desvío y la caída de Israel. Lo que sucedió con este pueblo tuvo un efecto sobre el resto de los pueblos. La creación de Dios es una totalidad, y lo que Dios ha puesto en el centro de ella, es a su propio pueblo, algo que incumbe a todo el resto de la creación. Podemos molestarnos con los políticos, podemos molestarnos con el presidente, podemos echarle la culpa a la izquierda o la derecha, pero te digo que el problema está aquí. La enfermedad de la Iglesia sólo está allá afuera. Las condiciones allá afuera, reflejan las condiciones de aquí adentro.
El pueblo de Dios no sólo es el interés central del Señor, sino que también puede afectar a todo lo demás. Tienes que tener esto en cuenta; la iglesia que tú pastoreas, o aquella que quizás vas a pastorear, el evangelista que tú vas a ser, la iglesia en la que tú prediques, refleja la condición de todo. O todo, más bien, refleja la condición de esa iglesia. No es posible dejar de sobre enfatizar la importancia de que la Iglesia esté en la condición correcta. El río de agua viva que vimos en el comentario de Juan no es otra cosa que el mismo Espíritu Santo, expresado en su plenitud, a través de la Iglesia del Dio viviente.
El río de agua viva está, en primer lugar, relacionado al pueblo de Dios, la casa de Dios, y luego, a través de ellos, a la nación. Si la Iglesia no está bien, entonces el mundo no conoce a Dios. El pensamiento de Dios es que su pueblo primeramente reciba de El por el Espíritu Santo, y reciba tan abundantemente, que tenga ríos de agua viva fluyendo de ellos mismos. Ese es el pensamiento de Dios para su pueblo. Lo que ves acá entonces, en todo lo que hemos leído en Ezequiel, es el consejo de Dios en operación. No vamos a decir lo que son lo querubines; muchas interpretaciones han sido dadas. La última, y creo que es la más plena, es que son símbolos de la Iglesia. Pero seean lo que sean, ellos son la encarnación de los principios del trono, el hombre ejerciendo su propósito eterno. Es el consejo de Dios en operación. Debemos estar satisfechos con el reconocimiento de esto. ¡Y qué cosa tan poderosa es! Mira todos lo aspectos en este primer capítulo de la profecía de Ezequiel. Son los aspectos de acción, de vida.
Es vida abundante, vientos recios, ruedas ruidosas, muchos ojos, pies que corren, es el no voltear, la presencia no desviada de un avance recto hacia adelante, son relámpagos resplandecientes, carbones encendidos, son nubes y torbellinos, es acción incesante. ¿Qué significa? Significa tremenda energía. Necesitamos recuperar una seguridad y confianza, y convicción tal, que no importa como parezcan las cosas, Dios es el mismo en nuestros días. Que a través de todas las cosas, sobre todas las cosas, detrás de todas las cosas, Dios está cumpliendo Su voluntad, El sigue avanzando. Predicador, eso pondrá fe en ti. Créelo.
El General Booth, el fundador de la institución “El Ejército de Salvación”, le escribió a su hija que estaba pastoreando una misión en un lugar de Londres. Las cosas iban mal, y ella le escribió a su padre que las cosas no estaban yendo bien. Y él escribió de vuelta y dijo: “Cariño, quita tus ojos de las olas y ponlos en la marea”. Mantén tus ojos en Dios. Hay cosas sobre nosotros, problemas en todo lugar, rumores de guerra, terremotos, derrumbes, hambre; pero Dios está avanzando, Él está obrando, todas las cosas bajo el consejo de Su propia voluntad. Créelo.
Cuando nos quitan nuestro trabajo, cuando no podemos correr y hacer todo tipo de cosas, cuando quizás estamos físicamente incapaces de hacer cualquier cosa, Dios está avanzando. Eso el lo que está acá en el libro de Ezequiel. En primer lugar tenemos al medio cuatro seres vivientes, cuatro aspectos. Mantén esto en mente. Cuatro siempre es un número de algo que es universal.
Dios se está moviendo, pero no en nuestras cuatro paredes. Nosotros vemos nuestro pequeño mundito y creemos que nada está pasando. No reduzcas a Dios a tu pequeño mundito; Dios nunca ha cesado, El nunca se ha quedado dormido, aunque de esto le han acusado. El quizás no se está moviendo en nuestro pequeño cuadrito, pero es una acción universal. El no va a estar limitado o amarrado en nuestro rinconcito, El no va a estar encerrado en nuestra pequeña cajita; Dios tiene grandes intereses universales en su corazón, y nosotros debemos ser más, mucho más ensanchados. Esa es la razón por la que estamos acá. El Espíritu es un factor predominante, El está gobernando todo esto.
En tercer lugar, tenemos un aspecto inclusivo: el nombre. Hay un hombre en el trono, y hay un aspecto de hombre en el querubín. Nota cómo se establece esto: “Y el aspecto de sus caras era de hombre”, y luego las otras semejanzas son añadidas. Una es la de un león, otra es la de buey, y la otra de águila.
Pero esta cara de hombre es el aspecto predominante de este medio de los consejos divinos. Es concerniente al hombre, es a través del hombre, es la concepción humana en la mente de Dios. Es el hombre en el trono. Sí, El es todo Dios, pero recuerda, Dios ha glorificado a un hombre, lo cual siempre fue Su propósito cuando lo creó. Esta fue la intención de Dios todo el tiempo, pero Adán comió del árbol equivocado y todo cambió. El tiene ahora a ese hombre glorificado, a Jesucristo lo tiene ahí en la gloria y ahora Sus planes son llevar a los hombres a la conformidad de la imagen de ese hombre, aquél que está a la diestra del Padre. Y todo lo que sucede acá es la actividad de Dios para obtener un hombre colectivo y corporal que corresponda con ese hombre que está ahora ahí glorificado. ¡Cuánto más hay sobre esto! ¡Tu vida y mi vida y las energías de Dios! Debemos apropiarnos de las bendiciones que hay en estas verdades y realidades. Dios sigue adelante aún cuando nosotros estamos preocupados; el no está asustado de nada. Dios sigue avanzando, el propósito de Dios se está cumpliendo cada día. A El no le preocupa que un dictador vaya a desviar Su plan. Todo, aún el diablo está sirviendo al propósito de nuestro Dios. Simplemente significa esto: que Dios no se va a rendir, El sigue avanzando. Si tú estás desanimado y desmayando, ése eres tú, no Dios; El sigue avanzando. Créelo, agárrate de esto. Dios sigue avanzando, el no se va a rendir, ¡ni tampoco lo hará!. Así es Dios. Esa es la figura acá que hemos leído. Dios está avanzando, y El avanza recto, sin parar, sin desviarse. ¡Tu debes apropiarte de esta verdad! No importan las apariencias de las cosas, Dios está avanzando. Tú estas en Cristo, tú estás yendo con El. Si hemos perdido la esperanza, o el ánimo, que Dios nos ayude ahora en fe a levantarnos y a asirnos otra vez y ponernos firmes, sabiendo que el propósito está siendo cumplido, y para ello, el Espíritu Santo nos ha sido dado. El nos ha dado de su Espíritu. Podemos agarrarnos del Espíritu Santo, y agarrarnos de la vida. Acá está la vida, la plenitud de vida, encarnada, representada en estos querubines, y está avanzando. Son pies que corren y relámpagos resplandecientes.
Quiero que veamos a los cuatro aspectos, de querubín, esta expresión cuádruple de Espíritu. Eso es lo que tenemos acá, la esencia del propósito divino y del consejo divino. Primero, tenemos el aspecto del león del medio de Dios, de la actividad de Dios. De entre todas las cosas que puede decir, de seguro habla sobre el gobierno espiritual, la autoridad. Debe haber un gobierno celestial por el Espíritu Santo. Eso es lo que significa el aspecto de león. Y todo debe venir bajo Él, debe venir bajo este gobierno del Espíritu Santo. Todo. Luego, el aspecto del buey. Esto, de cierto entre otras cosas, es el elemento o aspecto de la fuerza o energía. Busquemos intensamente que el Señor,el Espíritu, se exprese a sí mismo en una mayor plenitud, como un río de poder. El buey siempre simboliza fuerza. Cuando Salomón puso ese lavacro lleno de agua, ¿qué lo mantenía en alto? El buey, simbolizando la fuerza.
Luego tenemos el aspecto del hombre. Esto, una vez más, entre otras cosas, significa la inteligencia y el entendimiento. Estamos hablando acerca del Espíritu Santo, el querubín como símbolo del gobierno de Dios. La inteligencia y el entendimiento están relacionados al hombre, y el Espíritu Santo desea darnos a tí y a mí, y a la Iglesia en general, Su propio Espíritu de entendimiento, inteligencia y conocimiento. Si el Espíritu Santo va a efectuar los propósitos de Dios, y si nosotros vamos a conocer al Espíritu Santo en esta plenitud representada por los “ríos de agua viva”, es muy importante, de hecho esencial, que tengamos el entendimiento espiritual en cuanto Dios de acuerdo a nuestro propio juicio y razón. Hemos maldecido la obra con estas cosas falsas. Tenemos que saber lo que está haciendo el Espíritu, en realidad lo que está haciendo. Entonces debemos tener inteligencia y entendimiento en la mente y en los caminos del Espíritu de Dios. Eso es lo que representa la cara del hombre. Es la inteligencia de este gobierno. Pablo oró esta oración, hablando a la Iglesia en general: “que los ojos de vuestro entendimiento sean iluminado para que conozcáis”. Conozcáis todo referente a esto: lo que es el plan, el propósito y la provisión. Para hacer esto, para hacer lo que Dios quiere, debemos conocer lo que Dios quiere, y para conocer lo que Dios quiere, debemos tener este aspecto del conocimiento espiritual. Pero finalmente, hay un aspecto de águila. Entre muchas otras cosas, sin duda significa absoluta libertad de movimiento. El Espíritu Santo exige esto. Si nosotros decimos que el Espíritu Santo debe venir de esta forma y hacer esto, y en esta manera, nosotros lo limitamos y lo confinamos, y el Espíritu Santo nos va a ignorar. Eso es lo que se ve en la Iglesia de hoy en día. Tenemos nuestra pequeña oración al comienzo, nuestro pequeño devocional, hacemos nuestras coas pequeñas, predicamos nuestros pequeños sermones, y en algún momento nosotros le decimos al Espíritu Santo, “ahora puedes venir y obrar si así lo deseas”. Tenemos exactamente tantos “no-esenciales” como los romanos. Necesitamos saber que El demanda libertad absoluta. Libertad absoluta. La soberanía absoluta del Espíritu Santo es esencial para la plenitud de Su expresión y para la plenitud de Su Vida. Cuando tú lo limitas, lo contristas. El se moverá buscando otro lugar. El no va a compartir Su voluntad con tu voluntad, Sus pensamientos con tus pensamientos; El entra para vivir la vida de Jesús.
Sólo El conoce la obra de Dios, conoce lo que Dios está buscando, y sólo es mientras venimos a conocerle, y le damos libertad absoluta para moverse, y luego le seguimos a El sin reservas, que encontraremos todas las provisiones de Dios. El exige libertad para moverse como El desea, y no de acuerdo a muestras ideas e intereses.
Si ves el libra del Éxodo, Israel está ahí en el desierto. Ellos tenían una nube de día y fuego de noche; seguían esa nube, y no le decían a esa nube a donde moverse, no tenían absolutamente nada que decir respecto al mover de la nube. Ellos sólo tenían una instrucción: “Cuando ella se mueva, muévanse. No importa a qué dirección se este moviendo. Cuando se detenga, ustedes se detienen. Si ella se mueve, y vuelve al mismo lugar por donde vino, no hagan preguntas. Sólo síganlo.” Eso es lo que Dios nos está diciendo.
El Dr. Parham, quien guió al grupo en el primer derramamiento del Espíritu Santo en Topeka, Kansas, y trajo Pentecostés al estado de Texas por primera vez, vivió aproximadamente 100 años. El vivió lo suficiente como para ver este día en el que le decimos al Espíritu Santo lo que tiene que hacer. Y a medida que él veía esto, el escribió, antes de morir, “Si no hubiera vivido antes de este tiempo. Habría estado terriblemente decepcionado. No teníamos noches de milagros, no teníamos noches del Espíritu Santo, sólo veníamos para adorar a dios y veíamos atentamente a dónde se movía la nube, y la seguíamos a donde fuera”. La soberanía absoluta del Espíritu Santo es esencial para la plenitud de vida; El no puede ser restringido, El no puede ser limitado. Si queremos que El actúe. El debe tener absoluta libertad para hacerlo. No puede haber impedimento, no puede haber interferencia, no podemos ordenarle a dónde moverse; el exige libertad para moverse como desea, y no de acuerdo a nuestros intereses.
El no está acá para hacer mi voluntad, no le digo lo que tiene que hacer, ni voy a la cuarta dimensión a decirle al Espíritu Santo lo que tiene que hacer, sólo espero delante de El, veo en qué dirección se está moviendo, luego lo sigo, porque El sabe dónde está el maná, El sabe en dónde está la Roca; todo está unido en El. Esta águila significa libertad para moverse.
Entonces tenemos los cuatro aspectos; los querubines representan eso: primero, tenemos el león, que simboliza el gobierno del Espíritu Santo. Luego tenemos en ese querubín, la cara del buey que no habla de la fuerza de este gobierno. Luego tenemos al hombre que nos habla de la inteligencia, y finalmente vemos el águila que nos habla de la libertad y soberanía exigida por el hermoso y maravilloso Espíritu Santo.

DIOS BENDIGA A SU PUEBLO!

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