LA SEGUNDA ENTREGA DE DIOS - HOMOSEXUALIDAD

SERIE 12: ESCATOLOGIA
LA SEGUNDA ENTREGA DE DIOS -  HOMOSEXUALIDAD
LECCION # 2

Dios revela la caída de la primera civilización, una civilización quizás tan avanzada como la nuestra. Jesús dijo “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. (Mateo 24: 37). Toda civilización desde ahí hasta ahora ha seguido el mismo patrón que los ha llevado a la entrega final de Dios.
“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1: 21).
Observa que Dios dice, “su necio corazón”, no corazones. Cuando hablamos del viejo hombre, reconocemos que no es sólo personal, sino que es el cuerpo universal de Adán, un sistema corrupto que no cambia, y que siempre está en contra de Dios.
“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravió” (Romanos 1: 21-32).
En el último capítulo, nos detuvimos en el versículo 24 de Romanos 1, la primera entrega de Dios. “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios” La iglesia apóstata cambió la imagen de Dios en aquello que ella podía controlar. La iglesia católica lo puso en la misa y los protestantes en el bautisterio. El acceso a Dios estaba en las manos del hombre. Dios fue reducido al tamaño del hombre. Debido a esto, “Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones”. El hombre no quiere restricciones; Su etiqueta dice “¡Si te sientes bien, hazlo!”. No importa a quien dañes, o si es bueno o malo, el deseo del hombre es total libertad para hacer lo que su carne le dicte. El final de esa “libertad”, es esclavitud.
La segunda entrega está en el versículo 25, “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos”. Este cambio empezó en los Estados Unidos a comienzos de siglo con el advenimiento del humanismo o la así llamada “educación progresiva”. El humanismo se describe como la “realización personal”, el “yo”, consiguiendo lo que quiere.
El mensaje que dice: “Confiésalo y luego reclámalo”, es la religión producida por el humanismo. Ellos dicen que si quieres un mejor empleo, un carro más grande, o más dinero, consigue a Dios, quien se convierte en el medio de la auto realización. La atracción es a través de la codicia, la ambición del corazón humano. El anzuelo es “envía cien dólares a esta obra y Dios te va a dar diez mil a cambio”. La misma codicia que es requerida para enviar cien dólares, es requerida para poner un dólar en una máquina tragamonedas. Esta atracción a la codicia ha sido el medio de la serpiente para rebajar a Dios al nivel humano. El humanismo ha creado un Dios que encaja en el molde humano.
La Iglesia se ha salido de la base bíblica y ha creado una base con la cual el mundo está libremente en ella reduciendo a Dios a una mera herramienta para llevar a cabo sus fines egoístas; la Iglesia ha llegado a creer que Dios va a sacrificar la verdad por la unidad. Para cumplir este cambio ha habido una inundación de nuevas traducciones. Si tú buscas lo suficiente, podrás probar cualquier cosa con alguna traducción.
Leí el testimonio de un predicador que decía ser salvo y lleno con el Espíritu Santo, mientras que aún practicaba la homosexualidad. El decía que el adulterio para él sería tener un romance con una mujer. ¿Puedes imaginar tal desviación? El dijo, “Dios me hizo como soy”. Otro hombre dijo, “Has hecho mentira la Palabra de Dios”, y para probar este punto, mencionó los últimos versículos de Romanos 1. La respuesta del homosexual fue, “La traducción de Jerusalén no dice así”.
El diablo tiene todos los recursos de dinero; él puede gastar diez millones de dólares para una nueva traducción sólo para cambiar una pequeña frase. Va a gastar millones para cambiar Isaías 7: 14 para que diga, “Una joven concebirá”. Desde que Eva fue creada, las mujeres han concebido; esto no es un milagro. La Palabra de Dios dice, “Una virgen concebirá”. Así que, para cambiar la manera de pensar del hombre con respecto a Dios, la serpiente nos ha inundado con nuevas traducciones, todo con la idea de hacer la Biblia más fácil de ser entendida. La mente carnal no recibe las cosas del Espíritu de Dios. Puedes hacer que la Palabra sea leída como un periódico, y aún así ese pagano endemoniado no puede entender. Pero si el Espíritu Santo está en el hombre, el hombre va a entender. Para la mente humanista, el nacimiento virginal, la expiación de la sangre, y lo sobrenatural, es inaceptable. Para deshacerse de lo inaceptable, el humanista cambió la verdad de Dios por una mentira. El púlpito fue primero pervertido, luego el espíritu homosexual apareció en la calle. Nunca será corregido en la calle hasta que sea primero corregido en la Iglesia. La sociedad será sanada cuando la Iglesia sea sanada.
La Iglesia puede unir organizaciones políticas, poner oficinas en Washington, juntar millones de dólares, hacer marchas contra los abortos, salones de oración en las escuelas, hasta que se canse. Pero nunca lograremos poner la oración otra vez en las escuelas públicas hasta que la tengamos en la Iglesia. Estamos intentando que el mundo haga lo que nosotros no queremos hacer. Estamos en contra del pecado del mundo, y hay tanto pecado en la Iglesia como para hacer que los hombres maduros vomiten.
“Cambiaron la verdad de Dios por la mentira…” La mente humanista sacó a Dios de lo sobrenatural y lo ha hecho parte de la escena humana. Adorando y sirviendo a la criatura más que al Creador. Esa mente pervertida no podía asimilar el nacimiento virginal, el nuevo nacimiento o la expiación por la sangre; Estos eran totalmente inaceptables. Entonces estas verdades fundamentales fueron cambiadas, y una gran parte de la Iglesia fue desviada. La Iglesia fue dejada sin un absoluto y millones se perdieron en lo superficial.
Los fundamentalistas y los pentecosteses no aceptarían la negación de las verdades básicas, pero esto no era un problema real para el enemigo; el diablo dirigió su pregunta en forma diferente a ellos que la que hizo a Eva. A Eva le dijo “¿Ha dicho Dios realmente…?” En otras palabras hizo a Dios mentiroso. El sabía que el creyente lleno del Espíritu no iba a aceptar esto, así que en lugar de directamente señalar a Dios, dijo, “Sí, Dios dijo así, pero los traductores lo han traducido mal. Tú tienes más intelecto que los antiguos. En su ignorancia ellos lo tradujeron mal.” Todo el esfuerzo del diablo fue poner una duda en nuestras mentes referente a Dios, al cuestionar a los traductores, y los pseudo-intelectuales lo creyeron. El pentecostés nunca negaría lo sobrenatural. Por lo tanto Satanás sabe que para destruir al pentecostés, la verdad de Dios debe ser pervertida. Para hacer esto, él hace a lo sobrenatural, natural. Mira lo que se llama llenura del Espíritu hoy: lo sobrenatural ha sido sacado del Espíritu Santo. Es solamente la manipulación del hombre, pero lo llaman “la obra de Dios”. Las obras de la fe se han convertido en tontas payasadas del hombre.
Un predicador les pidió a las mujeres en su audiencia a las cuales el doctor les había dicho que no podían tener hijos, que se acercaran al frente de la iglesia. Varias mujeres pasaron y les dijo que froten su útero y repitan, “voy a tener un bebé”. Después de algunos minutos de esta tontería, se les dijo que vayan a su casa y preparen todo para el bebé que habían confesado. Esta niñería absurda era para ellos, las obras de la fe. La obra de la fe en el nuevo nacimiento es nacer de nuevo. La obra de fe en la sanidad, es ser sanado. Cuando Santiago habla acerca de que la fe sin obras es muerta, la palabra “fe” aquí significa aquellas cosas que creemos con toda certeza. Tú puedes conocer todo lo referente sobre el nuevo nacimiento pero igual puedes morirte e irte al infierno. Puedes confesar todas las Escrituras de sanidad sin ser sanado. La religión cambió la verdad de Dios por la mentira al reducir lo sobrenatural a una manipulación del hombre.
El nuevo nacimiento ha sido reducido a una fórmula. El pecador es invitado a hacer a Jesús su salvador personal, sin mencionar el arrepentimiento. Sólo es agregar a Jesús a lo que tú eres, hacer una confesión oral, repetir una oración, luego el hermano te dice que ya eres salvo. La marca de un profeta falso es dar la seguridad de salvación a quien no es salvo. La Biblia dice, si un hombre es salvo, tendrá el testimonio en sí mismo. El nuevo nacimiento es un poder, una fuerza; hay una nueva creación que ha entrado y que tiene la capacidad de tener comunión con Dios. La religión, al cambiar la verdad de Dios por la mentira, ha producido simples convertidos en lugar de verdaderos creyentes nacidos de nuevo.
En cuanto al nuevo nacimiento, lo sobrenatural se ha convertido en una operación natural: “El hombre lo puede hacer”, “Solo haz lo que te digo”, “Bautízate y haz lo mejor que puedas”. El problema es que “lo mejor que puedas” no va a lograr nada, te llevará al infierno. Si Jesús no vive en tí, tú no puedes vivir esta vida. Esta es una vida sobrenatural. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. Reduce esto a una fórmula y habrás cambiado la verdad de Dios en una mentira, y abierto el camino para un mundo de perversión, la segunda entrega de Dios.
El bautismo del Espíritu Santo ha sido reducido a una lengua enseñada por el hombre. La Iglesia está llena de gente enseñando a otros cómo hablar en lenguas, y le llaman a este cotorreo el bautismo del Espíritu Santo. “Cambiaron la verdad de Dios por la mentira”. Cambiaron lo sobrenatural a lo natural. Si una persona tiene una mente, no es un milagro que aprenda cómo decir unas palabras; lo mismo puede ocurrir con un loro, pero no quiere decir que por esto tiene al Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo el que da las lenguas; la lengua no da el Espíritu Santo. Es una operación sobrenatural. El milagro no está en hablar en lenguas, el milagro es que Dios da la pronunciación. La serpiente, fracasando en su esfuerzo de hacer que el pentecostés niegue lo milagroso, redució lo sobrenatural a lo natural.
La sanidad ha sido reducida a una negación de la realidad. Un amigo mío regresó a una iglesia para una campaña. Uno de los hombres con que se había encontrado antes, estaba usando una prótesis. Mi amigo le preguntó qué pasaba con su pierna y éste le aseguró, “en fe”, que no pasaba nada con su pierna; el evangelista le respondió que no se veía bien con la prótesis. La sanidad ha sido reducida a un decir “ya está hecho”. Una mujer testificó de haber sido sanada de diabetes; cuando se le preguntó si tomaba insulina respondió, “Aún tomo insulina”. El hombre le dijo, “entonces aún tienes diabetes”, y ella dijo, “yo no voy a confesar eso”. No importa si lo confiesas o no, si la insulina no te mata, tienes diabetes. La religión ha reducido el poder de la sanidad a meras palabras. No hay poder en repetir simplemente la Biblia. La Biblia viene a ser la Palabra de Dios cuando es tomada por el Espíritu Santo. De otra forma es un manual que el diablo puede confesar. Viene a ser la voz viviente cuando es usada por el Espíritu Santo. He visto gente morir, mientras repetían “por sus llagas soy sanado”. Los hospitales están llenos de personas que están en tratamiento de shock mientras proclaman la paz de Dios. El reducir lo sobrenatural a lo natural fue el camino del diablo a la Iglesia Pentecostés. Esa reducción nos ha sacado del altar. Ya no tenemos que orar, solo repetir, “ya está hecho” y estará hecho. El infierno le ha vendido a la Iglesia esa mentira.
Hoy en día, los dones del Espíritu no son más que un ejercicio de la mente. En lugar de la manifestación del Espíritu, los dones del Espíritu han venido a ser juguetes religiosos con los que juegan los niños. El desastre de Corinto se repite. El orgullo de Corinto era, “no nos falta ningún don”. Estaban más interesados en lo carismático que en el carácter. Pablo escribió, “Mas yo os muestro un camino aun más excelente…el amor es benigno…, no busca lo suyo…” (1 Corintios 13). El está hablando del carácter. Muéstrame una iglesia que esté más interesada en lo carismático que en el carácter y les mostraré una iglesia donde alguien está durmiendo con su suegra y habrá un borracho en la cena del Señor.
El diablo al haber fracasado al hacer que el pueblo de pentecostés niegue los dones, reduce esos dones sobrenaturales a una operación natural. El don de conocimiento se ha convertido en una herramienta de diagnóstico. Hay mil personas en una reunión y el evangelista dice, “Alguien tiene un dolor de estómago”. Dios puede usar un don de esa forma de vez en cuando, pero ver a un hombre seguir así por una hora, con esta clase de actuación, es una farsa.
Un hombre de Dios que conducía una cruzada auspiciada por 8 pequeñas iglesias de su propia organización, en la noche de apertura le dijo a uno de los pastores auspiciadores, “¿cuántas personas hay?” El pastor respondió, “El auditorio tiene 800 asientos y hemos puesto 50 sillas extras, así que hay 850 presentes”. Cuando terminaban los preliminares y le entregaron el servicio, el hombre de Dios fue al púlpito e inmediatamente empezó a operar en lo que parecía ser el don de conocimiento. Mientras que los pastores miraban asombrados, el dijo, “hay 25 personas aquí con diabetes, por favor pasen al frente. 2 personas tienen el hígado enfermo, los doctores dicen que no hay esperanza. Hay 4 personas a los que el doctor les ha dicho que van a quedar ciegos, no hay solución”. El siguió y siguió; sin fallar, la gente venía. Cuando todos habían pasado, el hombre de Dios sacó una hoja de papel de su Biblia y dijo, Amigos, he usado estadísticas de la compañía de seguros para discernir su problema; yo quería mostrarles porqué tenemos que probar todo espíritu.” La religión ha cambiado la verdad de Dios por una mentira, al reducir los dones de Dios a un ejercicio de la mente. Los cristianos salen de tales servicios diciendo, “¿no tenemos un gran don?” “¿No es el predicador maravilloso?”. Cualquier cosa que te lleve a un don, te llevará a un hombre. Si sales de la iglesia con cualquier cosa en tu corazón menos Jesús, estás errado. Somos el cuerpo de Cristo. Esto significa que somos el vehículo de expresión. Debemos expresar a Cristo.
La serpiente a través de un pueblo engañado ha repetido el desastre de Corinto. El propósito de Pablo al escribir a los Corintos era corregir el abuso de los dones. Estaban jugando con los dones de Dios. Somos amonestados a “probad los espíritus” (1 Juan 4: 1), probar los espíritus y ver si tienen poder. Si no hay poder, olvídense. Una vez fui a un almuerzo. Después de la cena el hombre de Dios predicó. Al final del mensaje pidió que todos inclinaran su cabeza. Estando así, el nos instruyó a lo que el Espíritu quería, “Cuando yo hable a algunos quiero que se pongan en pie y se queden así”. Inmediatamente que inclinamos nuestras cabezas, las meseras comenzaron a recoger las tazas de café, y esto siguió por todo el transcurso de la reunión. El predicador dijo, “Alguien tiene un dolor en su cuerpo ahora mismo”. ¡Yo he tenido uno siempre desde que tengo 40 años! Dijo otra vez, “alguien tiene un dolor en el cuello de vez en cuando”; “Alguien tiene diabetes”; 30 veces en 8 minutos, este así llamado don operó. Cuando terminó dijo, “¡Todos den un aplauso al Señor por lo que ha hecho!”. Mi pregunta fue, “¿Que ha hecho él?” Nadie había sido sanado, no había victoria. Un don había operado 30 veces y las meseras nunca dejaron de limpiar las mesas. Dije, “Si no hay más poder en estos dones que esto, no valen la pena”.
Ciento veinte personas recibieron el bautismo del Espíritu Santo el día de Pentecostés y conmovieron la ciudad. Pedro discernió a dos hipócritas en el altar y cayeron muertos, y el temor vino sobre todos. Pablo echó fuera un demonio de una muchacha en Filipos, él fue golpeado, echado en la cárcel y vino el avivamiento a la cárcel. Si un don real de Dios obrara 30 veces en un servicio, habría una bloqueo completo en el tráfico fuera de la iglesia. La verdad de Dios ha sido cambiada. El resultado es que el mismo pecado se encuentra en la Iglesia como también en el mundo. Al rechazar el camino más excelente de Dios, la iglesia juega con lo sobrenatural, y ha producido una religión vana, vacía, mundana, inefectiva y falsa. Esto no refleja al Dios de la Biblia.
Si como un pecador, yo hubiera entrado a tal reunión, habría codeado a un compañero y le habría preguntado “¿Qué está ocurriendo aquí?” y si él me hubiera informado que Dios estaba obrando, me habría ido; si lo que ocurría era de Dios, no me hubiera interesado. El invalido continúa en la silla de ruedas, el ciego sigue ciego, el inconverso sigue igual, y todos están gritando y saltando porque alguien dijo que tenía un dolor de estómago. Dios va a usar los dones, pero los va a usar en poder. Si él discierne tu enfermedad, él te va a sanar. Si no te sanas, no era el don de Dios. La verdad de Dios fue cambiada a una mentira reduciendo los dones de Dios a un mero ejercicio de la mente. “Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos” (Romanos 1: 25). La perversión en la calle es el resultado final de un evangelio pervertido en el púlpito. Alguien dijo, “Dios va a juzgar a esta nación por la homosexualidad” ¡La verdad es que la homosexualidad es el juicio de Dios! “Por esta causa Dios los entregó a esto”. La religión cambió la verdad a algo que el hombre podía manipular. Moisés nunca le dijo a la nube a donde ir, él la siguió. La verdadera Iglesia no le dice al Espíritu Santo que hacer, ella sólo ora y adora y descubre en qué camino se mueve la nube y va con ella. Hoy los hombres le dicen a Dios qué noche debe obrar los milagros. Un espíritu religioso arrasa la tierra que cree que ha capturado a Dios. Este espíritu está inclinado a usar a Dios para su propio beneficio, al sobresalir en lo sensacional. Al ser un enemigo de la cruz de Cristo, el Dios de este sistema es su vientre, su interés está en las cosas terrenales. Su llamado no es a la santidad, sino a la felicidad; no al sacrificio, sino al lujo. Su fin, dice Pablo, es destrucción, que significa que su meta es destruir lo verdadero y lo puro.
“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas…” (Romanos 1: 26). La homosexualidad es el juicio de Dios. Esto ha marcado el fin de toda gran civilización desde Egipto hasta Roma. Nuestra civilización no escapará. El curso de la perversión está por todas partes, la nación es como Sodoma y Gomorra. Se estima que 1 de cada 10 es un homosexual. Estamos más allá de la segunda entrega de Dios, y la gente espiritual puede escuchar el sonido del juicio. Una civilización está muriendo. Es tiempo de caminar con Dios, permanecer en la Biblia y continuar en la oración. “Y habiendo acabado todo, estad firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad”. Pasar del espíritu inmundo a la perversión es una transición natural. Cuando Dios los entregó al espíritu inmundo, era un pozo sin fondo. Entregado a la codicia, el hombre se movió a la destrucción. “Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. Destruye el cuerpo y Dios te destruirá a ti. La destrucción es evidente hoy en el aumento tan grande de la enfermedad social. No hay fondo para la depravación humana una vez que la ley moral está rota. Cuando aquello que fue hermoso en su lugar dado por Dios es hecho común, pierde su atracción, y la búsqueda por lo erótico empieza. El matrimonio es honorable y el lecho sin mancilla, pero cuando el sexo es practicado fuera del matrimonio pierde su sentido original y lleva a una degeneración de la peor clase. Es una línea recta desde la permisividad hasta la perversión. La serpiente provee las herramientas de la pornografía y te abres a una oscuridad más profunda de la que puedes imaginar. “Recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. El sida es un producto de este mundo sucio, inmundo y bajo de la perversión.
Dios ama a todo ser humano, pero odia el pecado. No hay forma de ser homosexual y ser salvo a la vez, sin embargo las iglesias han ordenado (ordenación) a tales personas para que prediquen. ¡Qué tal farsa! El homosexual no necesita ser ordenado, él necesita oír la palabra, que Dios no va a tolerar su perversión. Esta civilización está por terminar. Una vez que el diablo haya seducido a la iglesia en cambiar la verdad, quitando los absolutos, el resto es fácil. Gobernados por la carne, el mundo avanza al infierno y el juicio, una vez que lo absoluto desaparece. Cuando el predicador deja de decir, “No hagas …”, cuando no llevas tu rumbo, el bote se desvía. Todo lo que tienes que hacer para ir al infierno, es hacer lo que es bueno a tus propios ojos. La mentira empieza en el púlpito y se ha infiltrado en cada fila del sueño americano. Sin los absolutos de la Palabra de Dios, no hay nada que nos de dirección. Guiados por una mente pervertida hará que la inseguridad e indecisión persiga a la nación. Todo esto porque la iglesia ha cambiado la verdad de Dios. Estamos más allá de la segunda entrega de Dios. El patrón sigue. Del espíritu inmundo a la perversión. Primero la mente, luego lo físico. El juicio ya ha sido decretado. Vivimos en un tiempo prestado.

DIOS BENDIGA A SU PUEBLO!

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